Publicado: 23/04/2017 - Actualizado: 08/07/2020
Autor: Neus Ferrando Gilabert
Saber si somos compatibles inmunológicamnte, saber por qué se producen los abortos, saber porqué el embrión no se implanta. Aquí tenéis la explicación.
«Las alteraciones inmunológicas pueden impedir la implantación del embrión en el útero materno produciéndose fallos de implantación o paralizar el proceso de implantación del embrión causando un aborto espontáneo. Por ello, es importante estudiar en la pareja los problemas inmunológicos asociados a fallos de implantación o abortos espontáneos.
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Células Natural Killer del útero
Uno de los mecanismos inmunológicos que se activan cuando el embrión empieza a implantarse en el endometrio son las células NK (Natural Killer) maternas. Las células NK o células asesinas son un tipo de linfocitos encargados de la defensa inmunitaria innata. Su función es inspeccionar las células del propio organismo e identificar aquellas que han sido infectadas por algún virus o presentan actividad tumoral.
Además, son capaces de distinguir las células que son propias del organismo de las que no lo son mediante sus receptores de membrana. Gracias a estos, reciben diferente información según reconocen y se unen a receptores inhibidores en la membrana de las células sanas o bien a moléculas de histocompatibilidad (MHC) de clase 1 en la membrana de las células dañadas.
Nos interesa especialmente la población de leucocitos que habita el útero, la cual está formada en un 70-90% por las células NK. Es, por tanto, la población del sistema inmune predominante en el momento de la implantación del embrión. Sus niveles se mantienen altos durante el primer trimestre de embarazo y a partir de este momento empiezan a descender de forma progresiva.
Receptores KIR y moléculas HLA-C
Entre los receptores de membrana de las células NK destacan los receptores KIR (Killer immunoglubuline-like receptor). Estos receptores reconocen y se unen a las moléculas HLA-C situadas en la membrana de la célula que pretenden identificar (célula diana), concretamente en el caso que nos incumbe, las células de la membrana del embrión.
Las células NK del útero intervienen en el proceso normal de implantación del embrión, en la remodelación vascular que se produce y en el control de la invasión del trofoblasto en el endometrio, que permite que el embrión se adhiera al útero materno. El trofoblasto posteriormente se convertirá en parte de la placenta. Las interacciones que se producen entre los receptores KIR de las células NK de la madre y las moléculas HLA-C del embrión influyen en estos procesos que pueden propiciar o no la correcta implantación. Por ello, es fundamental el tipo de receptores KIR que predomine en la mujer y las moléculas HLA-C que presenten las células del trofoblasto del embrión.
Existen diversos tipos de receptores KIR que podemos agrupar en dos tipos diferentes; los receptores KIR activadores y los receptores KIR inhibidores. Cuando en una mujer predominan los receptores KIR activadores se dice que es de “haplotipo B”, lo que le confiere una protección frente a los trastornos del embarazo, mientras que cuando los que abundan son los receptores KIR inhibidores se llama de “haplotipo A” y existe un mayor riesgo de complicaciones en el embarazo. Como nuestra información genética se encuentra por duplicado, el genotipo KIR de la mujer puede ser homocigótico AA, heterocigótico AB u homocigótico BB.
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Las madres homocigóticas para KIR AA presentan un mayor riesgo de abortos recurrentes, pre-eclampsia y retraso de crecimiento intrauterino en comparación con las madres heterocigóticas para KIR AB u homocigóticas para KIR BB. Estas son las conclusiones del artículo “Combinations of maternal KIR and fetal HLA-C genes influence the risk of preeclampsia and reproductive success” publicado en el 2004 en The Journal of Experimental Medicine. No obstante, la función de los receptores KIR depende del tipo de moléculas HLA-C del embrión a las que se unan, es decir, el modo de actuar de las células NK va a depender en gran medida del tipo de moléculas HLA-C que posea el trofoblasto del embrión.
Según los últimos estudios al respecto, se producen fallos de implantación, abortos espontáneos recurrentes y complicaciones en el embarazo cuando se da la combinación de mujer embarazada con genotipo KIR AA y embrión con moléculas HLA-C2.
¿Qué puedo hacer si mis receptores son KIR AA?
Se deben analizar las moléculas HLA-C del futuro padre para saber si éste es portador del alelo HLA-C2. En tal caso, estaría indicada la transferencia de un único embrión ya que si se transfieren dos embriones y uno de ellos posee moléculas HLA-C2 en su membrana, podría activar el mecanismo de las células NK de la madre y provocar el rechazo y posterior aborto de los dos embriones, aun cuando uno de ellos no tuviera moléculas HLA-C2. Encontraras información más detallada al respecto en el artículo “Maternal KIR haplotype influences live birth rate after double embryo transfer in IVF cycles in patients with recurrent miscarriages and implantation failure” publicado en el 2014 en la revista científica Human Reproduction.
Y en muchos casos además se pauta tratamiento inmunológico a la futura madre.
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En el caso de necesitar un donante de semen, es recomendable utilizar el semen de un donante que sea HLA-C1 para asegurarnos de que el embrión poseerá al menos un alelo HLA-C1 que heredará del donante.»
Revisado por: Antonia González el 08/07/2020
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