Qué hacer cuando el Corazón se rompe. El Duelo

Hoy me siento a escribir con un nudo en la garganta, y con el corazón un poquito más roto… Hoy ha ocurrido un accidente muy trágico en España, y todos estamos de duelo.

A pesar de todo, he decidido escribir, no iba a hacerlo, pero creo que si hablo del duelo puedo ayudar a aquellos que en este momento están.

Hoy voy a dar varias pautas básicas para poder gestionar un duelo, espero que alguno de vosotros, los que estáis sufriendo tanto, algún día, lo leáis y os pueda ayudar a entender qué os está pasando. Transitar por todas las fases es necesario para realizar un duelo sano.

Y también espero que les sirva a aquellas mujeres que han perdido a su hijo, que han sufrido un aborto, que tras su tratamiento no se han quedado embarazadas…hay mil formas de sufrir un duelo. Espero que a todos, os ayude un poquito….

Lo primero que aparece ante una muerte o pérdida, el Shock, el no aceptar lo que sucede, no creer que esto nos está pasando a nosotros. Realmente nos estamos protegiendo ante tanto dolor.

La siguiente fase, tras ser consciente de la realidad, aparece la rabia, el enfado e incluso la agresividad, hay que dejarlo salir, esto nos hará aguantar nuestra carga de una forma más llevadera.

Otra fase es la desesperanza, la depresión, es el momento en el que realmente nos hemos dado cuenta de lo sucedido, y aquí es cuando la tristeza se apodera de nuestra vida, y tendemos a realizar cambios muy bruscos en nuestras vidas. Mi consejo es que si queremos realizar cambios, esperemos a transitar el duelo y después tomar las decisiones que queramos.

Y por último tenemos la fase de aceptación, poco a poco ya hemos aceptado la realidad y empezamos a vivir nuestras vidas aceptando la ausencia.

Un pequeño consejo, si no has podido despedirte de esa persona, escríbele una carta, dile lo que sientes y despídete, te ayudará a cerrar tu duelo.

Recomiendo acudir a un profesional, para poder elaborar el duelo, pasar por cada etapa sin quedarnos enganchados en ninguna de ellas, esta es la forma más sana de poder seguir viviendo… y en el caso de la infertilidad, seguir intentando ser madre.

Dedicado a todas las víctimas, a sus familiares, a los  que están trabajando por salvarlos, a los vecinos que ayudaron, a todos aquellos que están ofreciendo lo más valioso, su sangre y a todos aquellos que hoy, tienen también su corazón un poquito más roto.

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