Publicado: 14/05/2017 - Actualizado: 08/07/2020
Autor: Neus Ferrando Gilabert
Este artículo está dedicado a la candidiasis crónica, explicaremos que es, su origen, cuales son sus síntomas y sus causas.
Contenidos
¿Qué es la candidiasis?
La candidiasis es una infección causada por una levadura de la familia de las Cándidas. Existen unas 150 especies de cándidas distintas, de las cuales la Cándida albicans es la más estudiada y la que se encuentra en mayor proporción en nuestro cuerpo.
Las levaduras conviven en armonía con nuestro organismo, se localizan en la piel y en los aparatos digestivo y genitourinario y están presentes desde poco después de nacer. Se encargan de mantener un pH sano, absorben los metales pesados evitando que éstos entren en la circulación sanguínea en cantidades peligrosas, degradan restos de carbohidratos mal digeridos y sirven de alimento y equilibran nuestra flora.
Las floras intestinal y vaginal en colaboración con el sistema inmunitario nos ayudan a mantener estas levaduras en unos niveles adecuados. No obstante, este sistema de control de nuestro organismo puede verse afectado por una serie de factores que ocasionan un crecimiento excesivo de levaduras que no es saludable para nuestro cuerpo produciéndose la candidiasis.
En la población actual existen muchas personas que padecen esta enfermedad pero que no han sido diagnosticados correctamente y son tratados como pacientes con depresión, ansiedad o incluso hipocondríacos recetándoles antidepresivos o ansiolíticos.
Además, nos encontramos ante el problema añadido de que se tiende a localizar la candidiasis, por ejemplo frente una candidiasis vaginal solo se tratan los síntomas localizados en la vagina sin analizar la candidiasis en el resto del cuerpo. Esto es un error ya que el origen de la candidiasis suele ser intestinal.
Origen de la Candidiasis
Las Cándidas presentan dos estados diferentes, en uno de ellos viven como levaduras y en el otro como hongos. Pueden convivir en nuestro intestino como inofensivas levaduras, pero si cambian su anatomía y fisiología para convertirse en hongos, nos causan la enfermedad.
Se transforman en organismos invasivos que pueden penetrar en nuestra mucosa intestinal y dirigirse al torrente sanguíneo y de ahí al resto del cuerpo. Causan inflamación y la mucosa se vuelve demasiado permeable, lo que dificulta la absorción de nutrientes y la producción de enzimas y jugos necesarios en el proceso de digestión.
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La excesiva permeabilidad de la mucosa intestinal provoca la entrada de toxinas, proteínas mal digeridas, substancias tóxicas producidas por la Cándida y otros cuerpos extraños al torrente sanguíneo. Nuestro sistema inmunitario se activa al reconocer estas moléculas como extrañas. Si la infección se convierte en crónica, el sistema inmunitario se encuentra activado de forma permanente y, agotado, empieza a trabajar con menos eficacia no siendo capaz de combatir en muchas ocasiones infecciones comunes y gripes.
También existe un origen emocional de la candidiasis, en el artículo “Origen emocional de la Candidiasis: Biodescodificación” se explica de forma detallada a través de la Biodescodificación.
Síntomas de la Candidiasis
La sintomatología de la candidiasis crónica es muy variada; existen multitud de síntomas asociados a ella, aunque no todos ellos tienen porqué manifestarse. Hablaremos, a continuación, de los más habituales.
Los relacionados con el aparato digestivo son indigestiones, acidez estomacal, intolerancia a determinados alimentos, distensión abdominal, gases, dolor abdominal, estreñimiento o diarrea, mucosidad en las heces y picor anal.
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Los asociados al aparato respiratorio son congestión nasal, picor nasal, dolor de garganta, boca o garganta seca, afonía, mal aliento, tos o bronquitis recurrente, dificultad al respirar o ahogo y presión en el pecho.
Los síntomas que pueden aparecer relacionados con el estado de ánimo son depresión, ansiedad, irritabilidad y frecuentes cambios de humor.
Asociados al estado físico, el cuerpo puede manifestar fatiga, debilidad o dolor muscular, migrañas, somnolencia, dolor o inflamación de las articulaciones, entumecimiento u hormigueo, irregularidades menstruales, molestias vaginales (picor, quemazón o flujo), manos y pies fríos, mareo, visión errática o puntos en la visión, ojos llorosos, picor o quemazón en los ojos, frecuentes infecciones de oído, sensación de presión en los oídos, picores o sarpullidos crónicos, mal olor corporal que no desaparece al ducharse y necesidad frecuente de orinar.
A nivel mental se puede padecer mala memoria, incapacidad de tomar decisiones o de concentrarse, insomnio, descenso de la líbido, deseo de comer carbohidratos (pan, pasta, dulces, etc.) e intolerancia al humo del cigarro.
Causas de desarrollo de Candidiasis
Las situaciones que favorecen el desarrollo de esta enfermedad son el uso de antibióticos, corticoides y hormonas sexuales sintéticas, un exceso de azúcares y carbohidratos refinados en la dieta, el estrés continuo, un sistema inmunitario deficiente, la falta de nutrientes adecuados en la dieta, el consumo continuo de agua del grifo, la diabetes durante el embarazo y la disminución de las secreciones digestivas.
Los antibióticos inhiben el crecimiento de microorganismos, ya sean estos nocivos o beneficiosos para nuestra salud, destruyendo la flora intestinal y, sin embargo, no afectando a la Cándida. Los corticoides inhiben el sistema inmunitario y la píldora anticonceptiva y los tratamientos hormonales sustitutivos para tratar la menopausia destruyen nutrientes esenciales para el funcionamiento del sistema inmunitario.
Exceso de azúcares y carbohidratos refinados en la dieta: El consumo de azúcares, productos elaborados con harinas blancas y cereales no integrales elevan desmesuradamente los niveles de glucosa en sangre. La Cándida se alimenta del azúcar y glucosa que consumimos directamente en el tubo digestivo o bien de la glucosa de la sangre.
Cuando el organismo sufre de estrés de forma continua produce la hormona cortisol. Un exceso de esta hormona deprime el sistema inmunitario y destruye la flora intestinal favoreciendo la aparición de infecciones y el crecimiento de la Cándida.
El cloro presente en el agua del grifo destruye nuestra flora intestinal, por lo que el consumo continuado de agua del grifo propicia el desarrollo de la Cándida en el intestino.
La falta de acidez estomacal y de enzimas digestivos ocasionan una incorrecta digestión de los alimentos que ingerimos produciéndose putrefacciones y fermentaciones intestinales que irritan a la mucosa intestinal y destruyen la flora intestinal propiciando el crecimiento de la Cándida.
En el artículo “Pautas para tratar la Cándida” encontrareis un tratamiento natural para tratar la candidiasis.
Revisado por: Antonia González el 08/07/2020
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