Quiero tener un bebé y no puedo: causas y soluciones

Publicado: 25/03/2018 - Actualizado: 25/03/2018

“Quiero tener un bebé y no puedo”, cuántas veces habrá resonado esta frase en la cabeza de miles de parejas que ansían tener familia y no lo consiguen. Si te encuentras en esta situación, en primer lugar debes plantearte cuánto tiempo llevas manteniendo relaciones sexuales sin protección. La fecundación del óvulo requiere que se den a la vez varios procesos.

Estos son, en primer lugar, que la mujer se encuentre en el periodo de ovulación, los espermatozoides deben avanzar con un movimiento rectilíneo que les permita recorrer el útero de la mujer y tener la suficiente energía para llegar a las trompas de Falopio. En el caso de que el óvulo no haya viajado todavía desde el ovario hasta una de las trompas, los espermatozoides deberán esperar allí y una vez que lo encuentren fecundarlo. El óvulo fecundado debe viajar desde la trompa de Falopio hasta el útero, empezar a desarrollarse como embrión y, una vez allí, lograr implantarse en el endometrio de su madre. Cuando el embrión se implanta en la trompa, en lugar de hacerlo en el útero, se produce un embarazo ectópico en el que resulta imposible que el embrión pueda seguir su desarrollo allí y acaba en un aborto.

Por todo ello, no es tan fácil que se dé el embarazo y requiere invertir un tiempo en intentarlo. Este tiempo se ha fijado en 12 meses, es decir, si llevas menos de un año buscando el embarazo no debes preocuparte, obsesionarte ni comerte la cabeza, ya que el estrés es uno de los factores que afectan a la fertilidad.

¿Y cómo hago eso? Os preguntaréis…. Sabemos que es algo fácil de decir pero difícil de aplicar y que no es sencillo de controlar. Es importante que te conozcas a ti misma/o y aprendas a escuchar a tu cuerpo para reconocer, por ejemplo, lo que te está pidiendo tu cuerpo, lo que te preocupa o donde hay un bloqueo. La meditación Mindfulness trabaja la atención plena y puede ayudarte a reducir estrés y ansiedad, entre otros muchos beneficios.

Sin embargo, si llevas más de 12 meses manteniendo relaciones sin protección y no has quedado embarazada debéis empezar a estudiar si hay algún problema que esté impidiendo que llegue el embarazo. Podéis acudir al médico de cabecera o planificación familiar para que os pida diversas pruebas y os informen de la posibilidad que la seguridad social cubra vuestro tratamiento en caso de que lo necesitéis.

Si tienes un seguro privado, también deberás acudir a él para saber que pruebas y tratamientos os cubren y cuáles no.

Otra opción es acudir a un centro de fertilidad o reproducción asistida, os recomendamos que visitéis varios para que podáis comparar y elegir aquel que os guste como trabajan y más confianza os dé.

Y mi consejo personal es que antes de meteros en tratamientos hormonales y agresivos, intentéis mejorar vuestra fertilidad de manera natural, mirando cuerpo y mente.

En el caso de las mujeres, las pruebas que deberían pedirte para estudiar tu fertilidad son un estudio hormonal completo para descartar que el ovario o la hipófisis estén trabajando de forma inadecuada, una revisión ginecológica en la que te realizarán una ecografía transvaginal y una citología,  el estudio de tus cromosomas a través del cariotipo en sangre y la prueba de la Histerosalpingografía para asegurarse de que tus trompas de Falopio son permeables y permiten el paso del óvulo y los espermatozoides a través de ella. Además existen otras pruebas que pueden solicitar que te hagas y que dependen del caso particular de cada paciente.

En el artículo Estudio de Fertilidad Femenina: pruebas que se realizan encontrarás información más detallada al respecto.

En el caso de los hombres, la primera prueba que suelen pedir es un espermiograma o seminograma donde se estudia la cantidad de espermatozoides, su movilidad, morfología y vitalidad, además de otros parámetros.

También se debe pedir un estudio de fragmentación del ADN espermático para analizar la cantidad de roturas que tiene el material genético contenido en la cabeza de cada espermatozoide. Otra prueba a realizar es un FISH en espermatozoides que permite conocer si la cantidad de cromosomas que hay en la cabeza de cada espermatozoide es correcta, así podemos calcular el porcentaje de espermatozoides que tienen alterados sus cromosomas. En función de los resultados de estas pruebas se pueden realizar otras, como un estudio hormonal.

El estudio de la fertilidad masculina incluye también la realización de un cariotipo en sangre, al igual que la mujer, y un cultivo de semen para descartar la existencia de alguna bacteria perjudicial para la implantación del embrión.

Además pueden pediros otras pruebas, en función de los resultados que se obtengan en vuestros análisis y de vuestra historia. Por ejemplo, si has sufrido varios abortos deben pedirte pruebas inmunológicas y pruebas de coagulación.

Otros factores a tener en cuenta y que no se estudian durante el duro proceso de la búsqueda del embarazo es como afecta todo esto a la pareja, es importantísimo que os apoyéis y que todo esto proceso os una más. Por ello, muchas veces es necesario acudir a un terapeuta que puede hacer más llevadero este proceso y eliminar bloqueos. Ánimo y a por ello VALIENTES!!!

Acerca del autor
  • Antonia González

    Experta en Medicina Reproductiva, Embrióloga y Andróloga. Licenciada en Biología por la universidad de Alicante. Máster en Reproducción Humana del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) y la Universidad Rey Juan Carlos. En la Universidad de Alicante también cursó Especialista universitario en Análisis Clínicos. Además, es Graduada en Naturopatía, Medicina Ortomolecular y Técnico superior en Coaching personal. También es Especialista en Meditación Mindfulness por la Universidad Internacional de Valencia. Más información en su Linkedin.